¿Cómo sanar las heridas del alma?
Elisa Sainz • 20 de febrero de 2024

Buenos días, espero te encuentres muy bien. 


Hace unos días una mamá que forma parte de nuestra comunidad, me escribió un mensaje en el cual me contaba que se sentía muy cansada, abrumada y que además sentía que había algo más que no la dejaba avanzar. Su mensaje terminaba así:


- Necesito sanar algo y desconozco que es...


Yo entiendo el dolor de esta mamá porque estuve ahí, me sentí así y realmente es frustrante y doloroso. 


Como padres, todos queremos lo mejor para nuestros hijos y nos esforzamos por guiarlos hacia una vida plena y satisfactoria. Sin embargo, a menudo olvidamos un aspecto fundamental en este proceso: la sanación de nuestras propias heridas de la infancia.


Nuestra propia crianza y las experiencias que vivimos en la infancia pueden tener un impacto profundo en la manera que vivimos y también en la manera en que criamos a nuestros hijos. Si no abordamos conscientemente estas heridas y trabajamos en sanarlas, corremos el riesgo de repetir patrones negativos y transmitir esas mismas heridas a nuestros hijos.


Es por eso por lo que quiero invitarte a reflexionar sobre la importancia de sanar las heridas emocionales para que puedas ser la madre o el padre que realmente quieres ser. Cuando te enfrentas a tus propias experiencias dolorosas de la infancia, puedes liberarte de muchos conflictos que te perturban hoy y tomar decisiones más efectivas en la crianza de tus hijos.


La crianza consciente no se trata solo de estar presentes y atentos a las necesidades de nuestros hijos, sino también de mirar hacia adentro y trabajar en nuestro propio crecimiento personal. Al hacerlo, podemos crear un ambiente familiar más amoroso, compasivo y lleno de aceptación, donde nuestros hijos puedan florecer y desarrollarse plenamente.


Permítanme ilustrar con un ejemplo para que puedas comprender mejor la idea de las heridas de la infancia o heridas del alma. Una de estas heridas es la del rechazo, que puede manifestarse desde los primeros momentos de nuestra existencia, incluso cuando éramos tan pequeños como una semilla. Esta herida surge cuando, al enterarse de la concepción, una madre experimenta sentimientos de confusión o rechazo, quizás porque la noticia no fue esperada o porque no era el mejor momento para la llegada de un bebe. Es importante señalar que este rechazo inicial no implica falta de amor por parte de la madre hacia su hijo, pero sin darse cuenta, ya ha dejado una marca en el bebé, una herida. En muchos casos, la madre que experimenta este rechazo hacia al bebé no nacido, también puede llevar consigo la misma herida.


Las cinco heridas del alma son

-Traición 

-Rechazo 

-Abandono

-Humillación

-Injusticia 


Para sanar las heridas del alma, es importante abordarlas de manera consciente y compasiva. Aquí tienes algunas sugerencias sobre cómo puedes trabajar en la sanación de estas heridas, pero para sanarlas primero hay que reconocerlas. 


Reconocimiento y aceptación: El primer paso es reconocer todo lo que te causa dolor y angustia, luego a partir de ahí debes comenzar a mirar y a buscar hacia atrás para encontrar la raíz del problema. Esto implica ser honesto contigo mismo acerca de las experiencias pasadas que te han causado dolor y reconocer cómo te han afectado en tu vida presente.


Auto indagación: Explora las raíces de tus heridas emocionales mediante la auto indagación y la reflexión. Pregúntate a ti mismo por qué ciertas experiencias te han afectado profundamente y cómo han moldeado tus creencias y comportamientos actuales. Pregúntale también a tus padres sobre cómo fue tu infancia, incluso pregunta por la etapa en que estabas en el vientre de tu mamá. 


Perdón: Practica el perdón hacia ti mismo y sé compasivo hacia aquellos que pudieron haber contribuido a causarte daño. El perdón no significa justificar el comportamiento de otros, sino liberarte del resentimiento y el dolor que llevas contigo y más que perdón, aceptación. 


Terapia y apoyo emocional: Considera la posibilidad de buscar ayuda profesional a través de la terapia o el asesoramiento emocional. Un terapeuta puede ofrecerte herramientas y técnicas específicas para abordar y sanar tus heridas emocionales de manera efectiva.


Prácticas de autocuidado: Dedica tiempo a cuidar de ti mismo y nutrir tu bienestar emocional. Esto puede incluir prácticas como la meditación, el yoga, el ejercicio físico, la escritura terapéutica, o cualquier actividad que te ayude a conectarte contigo mismo y a gestionar el estrés.


Cultivar relaciones saludables: Busca el apoyo de amigos y seres queridos que te brinden amor, comprensión y aliento en tu proceso de sanación. Las relaciones saludables y de apoyo pueden ser un recurso invaluable en tu camino hacia la recuperación emocional.


Recuerda que la sanación de las heridas del alma es un proceso gradual y continuo. Sé amable contigo mismo y date el tiempo que necesitas para sana.


Te animo a que te unas a nosotros en este viaje de autodescubrimiento y sanación emocional. Pronto estaremos organizando talleres y actividades para apoyarlos en este proceso. Estén atentos a futuras comunicaciones para más detalles.


Juntos, podemos crear un mundo donde nuestros hijos crezcan libres de las heridas del pasado y puedan vivir vidas plenas y auténticas, pero no solo nuestros hijos, nosotros también.