
Creo que mi manera de mirar la vida se ha moldeado por pasar tanto tiempo rodeada de niños. Como maestra de educación preescolar y madre, he aprendido que cuando te sumerges en el mundo infantil, comienzas a verlo todo distinto, con más empatía y amor.
Los niños son seres luminosos y genuinos; su esencia no ha sido opacada por las complejidades del mundo adulto. No aún mientras son pequeños.
Ellos poseen una luz interna radiante, y caminan por la vida compartiéndola con quienes están dispuestos a percibirla.
"Con el paso del tiempo, he descubierto que no importa cuántos años hayan transcurrido; puedo conectar con la niña que fui en cualquier momento y ver el mundo a través de los mismos ojos llenos de asombro y amor con los que observaba en mi infancia."
Escribo cada semana en este blog con el propósito de compartir contigo mi visión personal de este fascinante mundo que nos rodea y de mi vida de mamá. A través de mis palabras, intento transmitir la belleza y la magia que encuentro en cada rincón, en cada instante que nace y muere.
Deseo que te sumerjas en mis experiencias y descubras esa luz especial que ilumina cada momento de nuestras vidas, sobre todo, cuando estamos criando hijos. Es fácil dejar que las preocupaciones y el estrés nos nublen la vista, pero si nos detenemos un instante y prestamos atención a nuestro entorno, veremos que este mundo aún guarda innumerables maravillas por descubrir. Si te detienes y miras a tus hijos sin intentar cambiarles, sin juzgarles, segura estoy que te dibujarán una sonrisa en el rostro y sentirás la calidez en el alma.
Espero que, al compartir mis perspectivas, sobre la vida, sobre la crianza, encuentres inspiración y te des cuenta de que, a pesar de los desafíos y las adversidades, el mundo sigue siendo un lugar hermoso para vivir y la maternidad y la paternidad puede ser un viaje maravilloso que te ayudará a ver el mundo de manera diferente. Permíteme guiarte a través de mis relatos, invitándote a abrir los ojos y apreciar la belleza que nos rodea y los aprendizajes que hay en cada vivencia.
Desde los impresionantes paisajes naturales hasta las pequeñas alegrías cotidianas que ocurren en casa mientras intentamos educar bien a nuestros hijos. Cada instante puede convertirse en una oportunidad para admirar la magia y lo gratificante de la vida. A través de mis palabras, quiero transmitirte ese optimismo y esperanza, recordándote que siempre hay algo hermoso esperándote en cada paso del camino.
Así que, te invito a sumergirte en
esta aventura extraordinaria de vivir y ayudar a vivir a otros, para descubrir junto a mí el encanto inigualable que alberga el ejercer esta labor difícil pero hermosa que es la crianza de los hijos. Te invito a recordar que, a pesar de todo, siempre hay razones para sonreír y agradecer.
Disfruta este acompañamiento y permíteme compartir contigo los secretos que he descubierto con mi maternidad.
Juntos, podemos hacer brillar esa luz que somos y así ser guías para los más pequeños de casa. Nuestros hijos.
Haz brillar tu luz y veras que disfrutarás mucho más del mundo ante tus ojos.
Un fuerte abrazo de una mujer optimista.