El campo de girasoles
Elisa Sainz • 9 de enero de 2024

Hace años, tenía un deseo ardiente de visitar un campo de girasoles 🌻. 


Esta idea me perseguía, evocando imágenes de vastas extensiones de flores amarillas meciéndose con el viento. Pero, como suele suceder, la vida se interponía con sus innumerables responsabilidades y distracciones, y mi sueño quedaba postergado una y otra vez.


Anoche, sin embargo, el destino me dio una pequeña sorpresa. Mientras regresaba a casa, el camino me llevó justo frente a un extenso campo de girasoles. Las luces del atardecer iluminaban las flores, haciéndolas brillar de manera especial. En ese instante, me prometí que, a la primera luz del día siguiente, volvería y me sumergiría en esa belleza.


Cumpliendo con mi palabra, esta mañana me encontré entre esas flores majestuosas, sintiendo su energía y dejándome cautivar por su belleza. ¿Acaso hay algo más espectacular que un campo de girasoles 🌻 en su pleno esplendor? Aunque pueda parecer un detalle menor para algunos, ese momento inyectó alegría pura en mi alma. No me preguntes que hay de maravilloso en un campo de girasoles, pueden ser muchas cosas o puede ser nada. Pero creo que realmente lo que me asombra de esa hermosa planta es como busca la luz del sol. 


Si buscásemos la luz siempre, ¡qué bueno sería!


Cuando me refiero a buscar la luz, es buscar el conocimiento, buscar la verdad, tu verdad, buscar lo que te hace bien y diferenciarlo de lo que te hace mal. Deberíamos aprender de los girasoles que elegantes giran y giran buscando la luz. 

 A veces, subestimamos el poder que tienen esos pequeños deseos que guardamos en el corazón. El acto de cumplirlos, por más sencillo que parezca, puede traer un gozo inmenso. Por eso, me pregunto:

 

¿Por qué postergamos esas pequeñas cosas que sabemos que iluminarán nuestra existencia? 


Deberíamos hacer más a menudo aquello que resuena en nuestro interior y nos trae alegría genuina, porque, al final del día, son esos momentos los que hacen que la vida valga la pena y nos llenen de luz.


Ese es el mundo ante mis ojos.


Un abrazo de Elisa.