
Como madre y asesora de crianza, he descubierto una poderosa herramienta que ha transformado mi forma de interactuar con mis hijos y manejar los desafíos diarios: hacerme preguntas reflexivas antes de actuar. Esta técnica me ayuda a conectar con mi sabiduría interna, ofreciéndome claridad y perspectiva en momentos cruciales. Hoy, quiero compartir esta estrategia con ustedes, para que también puedan beneficiarse de ella en su vida familiar.
¿Cómo Funciona?
Ante cualquier situación desafiante o incluso en momentos cotidianos, me detengo a reflexionar con preguntas clave que guían mi respuesta. Aquí algunos ejemplos:
Te compartiré algunos ejemplos:
Cuando mis dos hijos están peleando, algo que inevitablemente me incomoda y entristece, en lugar de intervenir precipitadamente, me pregunto:
¿Cómo puedo intervenir de la mejor manera posible? Esta pregunta me permite evaluar la situación con objetividad y decidir el enfoque más constructivo para ayudarles a resolver su conflicto.
Otro ejemplo es cuando mi hija de diez años usa mi maquillaje y se pone mis zapatos. Aunque entiendo que es normal que quiera experimentar, esto me molesta. Antes de reaccionar, hago una pausa y me pregunto: ¿Por qué usa mis cosas? ¿Por qué me molesta? Rápidamente, me doy cuenta de que ella imita estas acciones porque desea parecerse a mí, igual como yo lo hacía con mi madre cuando era niña. Esto me hace recordar que es parte de su proceso de crecimiento y que mi molestia viene de verla crecer tan rápido y del temor a que dañe mis pertenencias.
Esta práctica de hacerse preguntas ofrece varios beneficios:
Conexión profunda: Hacerte estas preguntas te ayuda a conectar con tus emociones y entender mejor tus reacciones.
Respuestas constructivas: Te permite encontrar respuestas más comprensivas y amorosas, que fomentan un ambiente familiar positivo.
Modelo para tus hijos: Practicar la reflexión enseña a tus hijos a pensar antes de actuar, cultivando su inteligencia emocional.
¿Cómo Empezar?
Para implementar esta estrategia, te recomiendo empezar con preguntas sencillas en situaciones diarias. Observa cómo cambian tus interacciones y la atmósfera en tu hogar. Con práctica, este método se convertirá en una parte integral de tu crianza.
Usar preguntas reflexivas antes de actuar ha enriquecido mi relación con mis hijos y me ha ayudado a gestionar mejor los desafíos de la crianza. Espero que, al compartir mi experiencia, más padres se sientan inspirados a probar esta técnica y descubrir su propio camino hacia una crianza más consciente y gratificante.
Saludos cordiales
Elisa