¿Por qué nos estresamos en las vacaciones escolares?
Elisa Sainz • 25 de junio de 2024

En el blog anterior te hice la historia de aquella mamá histérica que me encontré en una playa del caribe dando gritos a su hijo para que se tomara un pomo de leche y la peor parte, culpándole de la desgracia de sus vacaciones soñadas. 


Si aún no lo has leído, te dejaré aquí el enlace para aprender tú también la lección, así como lo aprendí yo aquel día. 


Cuando llegan las vacaciones escolares escucho varios comentarios por parte de madres y padres, pero los frecuentes son: 


  • Llevan de vacaciones una semana y ya deseo que comiencen las clases. – 
  • Yo en las vacaciones con ellos en la casa me desquicio. – 
  • Yo mando siempre a mis hijos a un campamento de verano porque si los dejo en casa se pasan el día pegados a la pantalla y comiendo.


¿Por qué nos resulta tan difícil lidiar con ellos? 


¿Por qué las vacaciones de verano y la presencia de nuestros hijos en casa nos resulta estresante?


Muchas veces esos sentimientos traen cierta culpabilidad que junto con las molestias que ya tienes pues, empeoran la situación. 


Yo tengo dos ejemplares en casa, conozco esos sentimientos, así que te daré aquí las respuestas a esas preguntas con el objetivo de que comprendas la razón real de la frustración y para que no te sientes una mala madre o un mal padre. 


Lidiar con los hijos durante las vacaciones de verano puede resultar estresante por varias razones:


El cambio en la rutina y estructura es una de las razones más relevante. Durante el año escolar, los niños tienen una rutina establecida con horarios para clases, actividades extracurriculares, y quizás tiempo en casa con deberes. Las vacaciones de verano interrumpen esta rutina, lo que puede desorientar tanto a los padres como a los hijos.


Claro está, como pasan mayor tiempo en casa durante esta temporada, hay mayor demanda de atención. Cuando los niños están en casa durante las vacaciones, es común que busquen más atención y entretenimiento por parte de los padres, especialmente si no tienen actividades organizadas. Esto puede crear una presión adicional sobre los padres, quienes pueden tener responsabilidades laborales u otras obligaciones.


Problemas de gestión del tiempo, ese es otro problemón. Para muchos padres, las vacaciones significan tener que equilibrar el trabajo con el cuidado de los hijos durante períodos más largos. La falta de estructura puede dificultar la planificación diaria y generar estrés adicional.


Preocupaciones sobre el entretenimiento y el aprendizaje. Algunos padres se preocupan de que sus hijos pasen demasiado tiempo frente a pantallas o que no estén participando en actividades educativas o enriquecedoras. Esto puede llevar a sentimientos de culpa o frustración si no se pueden organizar adecuadamente actividades alternativas o regular el tiempo que pasan conectados al internet. 


Si hay más de un niño en casa y tienen mucha diferencia de edad o simplemente, tienen gustos e intereses distintos, pues eso es otro problema porque eso intereses y necesidades pueden traer disputas entre ellos y sin lugar a duda, las riñas entre hermanos es algo que amarga y entristece mucho a madres y padres. A medida que los niños crecen, van cambiando y las necesidades son diferente cada año y eso hace que sea más difícil encontrar actividades que satisfagan a todos los miembros de la familia.


 ¿Y dónde dejamos la presión social? Queremos que las vacaciones sean un tiempo de diversión y descanso familiar, lo cual puede no siempre coincidir con la realidad de las dinámicas familiares y las circunstancias individuales de cada familia. Muchas familias tienen que seguir trabajando durante las vacaciones de verano, pagar un campamento de verano es un gasto extra y quedarse con los hijos en casa se les hace imposible por la necesidad de salir a buscar el sustento del hogar. 


En resumen, las vacaciones de verano pueden ser estresantes para madres y padres porque tienen muchísimas razones para que así sea y son buenas razones, ¿verdad? 


La clave para mitigar este estrés puede estar en la planificación anticipada, la comunicación abierta con los hijos sobre las expectativas y la búsqueda de un equilibrio entre el tiempo de calidad juntos y el tiempo individual para cada miembro de la familia.


Planifica, disfruta y repite con expectativas reales, esa es mi consigna para estas vacaciones escolares.


Saludos cordiales 


Elisa