
Hace algunos meses, me enamoré de un conjunto de saya y blusa blanca en la tienda. Lo que capturó mi atención fue el calado elegante de la tela y su diseño, que combinaba modernidad con elegancia. A pesar de que me encantó desde el primer momento y lo compré sin dudarlo, el conjunto terminó colgado en el armario, esperando una ocasión que nunca llegaba.
¿Por qué?
A pesar de recibir halagos de mi hija, quien me aseguró que me quedaba bien, había algo que me detenía cada vez que intentaba ponérmelo. Mirándome al espejo, las críticas hacia mi propio cuerpo comenzaban a surgir: las pequeñas imperfecciones aquí y allá, la "rosquita" de atrás, la barriga que sobresalía. Me di cuenta de que, a pesar de siempre haberme considerado una mujer segura y poco preocupada por las opiniones ajenas, especialmente sobre mi cuerpo, había caído en la trampa de la inseguridad.
Durante años, he admirado a otras mujeres, sin importar su tamaño, que llevaban su ropa con confianza, mostrando sus cuerpos sin reservas. Siempre pensé: "Qué hermoso les queda ese conjunto, qué seguras se ven". Sin embargo, me encontré dudando de mí misma.
Decidida a romper con esos pensamientos, tomé mi conjunto blanco y me fui de viaje con él, barriga afuera y orgullo en alto. No solo me lo puse finalmente, sino que también decidí compartir esta experiencia en un blog y en una publicación en mis redes sociales. Quería mostrar que muchas veces, nosotras mismas somos nuestras críticas más duras.
Esta experiencia fue enriquecedora no solo para mí sino también para mi hija. Ella me regaló otro halago, y vio a su lado a una mujer segura y feliz. Creo firmemente que mi hija se siente orgullosa de tener una mamá que se atreve a ser ella misma, sin dejar que las inseguridades dicten sus elecciones.
Un Llamado a la Acción
Mi mensaje para todas las mujeres es simple: ponte lo que te guste, diviértete y sé tú misma. No dejes que las inseguridades te priven de disfrutar de la moda que amas. Nuestro valor no está en las libras de más o de menos, está en nuestra capacidad de aceptarnos y de presentarnos al mundo con confianza y alegría.
Así que, ¿tienes alguna prenda colgada esperando el "momento perfecto"? Te invito a que ese momento sea ahora. Porque la verdadera moda es sentirte bien contigo misma y proyectar esa felicidad al mundo.
Un fuerte abrazo de Elisa