El Poder de la Crianza Consciente: Decisiones, Palabras y Pensamientos que Impactan a Nuestros Hijos
Elisa Sainz • 30 de abril de 2024

“Todo lo que decidimos o no, lo que hacemos o no, lo que decimos o no, e incluso, lo que pensamos y sentimos, entraña consecuencias”.


Ese texto es un fragmento del libro “Las 5 heridas que impiden ser uno mismo” de la autora Lise Bourbeau. Cuando llegué a esa oración entre las tantas otras letras de la página, hice una pausa y por un buen rato me quedé analizando cuanto poder hay en nosotros. 


Hay poder en las decisiones tomadas, en las acciones que hacemos y las que no. Hay poder en las palabras dichas y en el silencio y sobre todo, hay poder en nuestros pensamientos. Así como dice la autora de ese libro que se hizo tan popular, todo lo mencionado anteriormente trae consigo consecuencias. 


En el contexto de la crianza de nuestros hijos, el poder de nuestras decisiones, acciones, palabras y pensamientos se vuelve aún más evidente. Cada elección que hacemos como padres, ya sea consciente o inconscientemente, tiene un impacto profundo en el desarrollo emocional, mental y social de nuestros hijos.


Por ejemplo, la forma en que respondemos a los comportamientos desafiantes de nuestros hijos puede influir en cómo manejan sus emociones en el futuro. Si optamos por reaccionar con ira o castigo, podríamos estar enseñándoles que la violencia o la agresión son formas aceptables de resolver conflictos. Por otro lado, si respondemos con empatía y comprensión, les estamos mostrando cómo gestionar sus emociones de manera saludable y constructiva.


Nuestras palabras también tienen un gran poder en la crianza de los hijos. Lo que decimos a nuestros hijos, ya sea de forma positiva o negativa, puede afectar profundamente su autoestima y confianza en sí mismos. Un elogio sincero y alentador puede impulsar su autoestima y motivación, mientras que las críticas constantes o las palabras hirientes pueden dejar cicatrices emocionales que perduran mucho tiempo después de que se hayan pronunciado.



Incluso nuestros pensamientos más íntimos pueden tener un impacto en nuestros hijos. Si constantemente nos criticamos a nosotros mismos o dudamos de nuestras habilidades como padres, es probable que transmitamos esa inseguridad a nuestros hijos, quienes pueden absorberla y reflejarla en su propio comportamiento y autoconcepto.


Por lo tanto, como padres, es fundamental ser conscientes del poder que tenemos sobre nuestros hijos a través de nuestras acciones, palabras y pensamientos. Es importante que seamos lideres en nuestro hogar.


Te quiero hacer una pregunta: 


¿Te gusta que te griten o te hablen en tono espero?


Estoy convencida que tu respuesta a esa pregunta es no, no conozco a nadie que le gusta que le traten mal. Pues a los niños tampoco, por lo tanto, debemos actuar con ellos como nos gustaría que ellos lo hicieran con nosotros. Por su puesto, sin olvidarnos de la etapa en el desarrollo en la que están. 


Tomar decisiones conscientes, comunicarse de manera amorosa y positiva, y cultivar una mentalidad de autoaceptación y crecimiento puede ayudar a crear un entorno familiar saludable y amoroso donde nuestros hijos puedan florecer y desarrollarse plenamente.


En resumen, recordemos siempre que cada interacción que tenemos con nuestros hijos deja una huella duradera en sus vidas. Aprovechemos ese poder para nutrir, apoyar y amar a nuestros hijos de la mejor manera posible.