
Cómo conectar con nuestros hijos… incluso cuando parecen alejarse
La adolescencia llega sin manual.
Un día nuestros hijos todavía buscan nuestros abrazos y nos cuentan cada detalle de su día…
Y al siguiente, se encierran en su cuarto, responden con monosílabos, viven con el celular pegado a la mano y prefieren a sus amigos antes que a nosotros.
Y lo entendemos, al menos racionalmente: es parte de la etapa, están buscando su identidad, necesitan independencia.
Pero emocionalmente… duele.
Porque sentimos que algo se rompe.
Porque hay una sensación profunda de desconexión.
Y ese es el patrón que más escucho cuando hablo con madres y padres de adolescentes:
"Mi hija ya no me cuenta nada."
"Mi hijo está siempre enojado conmigo."
"Se encierra, no colabora, no me escucha."
"Siento que me está alejando..."
“Siento que lo estoy perdiendo”
Y yo les entiendo.
Porque es exactamente eso lo que duele: el sentir que le estás perdiendo, que se está alejando.
Pero aquí va una verdad que puede ayudarte a ver con otros ojos:
Tu hijo no se está alejando de ti, está tratando de encontrarse a sí mismo.
Esto se hace aún más claro cuando entendemos lo que está ocurriendo dentro de ellos.
Entre los 14 y los 21 años, entramos en lo que se conoce como el tercer septenio de desarrollo.
El adolescente está saliendo de una etapa (el segundo septenio, de los 7 a los 14 años) donde lo emocional y lo social eran protagonistas, y comienza ahora un viaje interior más profundo, más individual.
Está naciendo el yo consciente.
Y con él, llega la necesidad de autonomía, de cuestionarlo todo, de construir sus propios valores…
Y claro, también llegan los enojos, las contradicciones, el encierro, el rechazo a la autoridad y el deseo de marcar distancia.
Pero muchas veces, como madres y padres, nos lo tomamos personal.
Sentimos que ese silencio, ese mal humor, ese desinterés, es un rechazo hacia nosotros.
Y ahí empieza una desconexión que puede ser muy difícil de reparar si no la entendemos a tiempo.
No es personal.
Es transformación.
Y ahí es donde entra tu papel.
Ahí es donde tu liderazgo como madre o padre se vuelve más importante que nunca:
No es el momento de retirarse.
Es el momento de quedarse.
Aunque tu hijo no lo diga, te necesita.
No para que le des sermones.
No para que le controles cada paso.
Sino para que seas presencia estable, faro encendido, refugio emocional cuando su mundo interno se sienta demasiado confuso.
Y eso solo es posible si antes te conectas contigo.
Porque no puedes ofrecer conexión si tú misma estás viviendo en modo supervivencia, si te agobia el cansancio, la culpa, las expectativas no cumplidas.
Conectar con nuestros hijos empieza por reconectar con nosotros.
Con nuestras emociones, con nuestras heridas, con nuestras propias ganas de hacerlo mejor.
Por eso, en mi próxima Masterclass gratuita del sábado 21, voy a hablar justamente de esto:
De cómo pasar del agobio a la conexión real con nuestros hijos.
De cómo sostener el vínculo aún cuando ellos nos empujan, nos cierren la puerta de su cuarto.
De cómo criar con consciencia y no con control.
Te compartiré 5 pasos para vivir la crianza de una manera más consecuente, sin perderte a ti en el proceso.
📍 Para más información, únete a nuestra comunidad de madres y padres en WhatsApp, que es donde se compartirá el enlace.
Si sientes que últimamente la distancia ha crecido entre tú y tu hijo, si te preguntas por qué te duele tanto su actitud, si quieres aprender a acompañar esta etapa sin desconectarte de ti ni de él o ella…
Esta masterclass es para ti.
Nos vemos el sábado.
Con amor y conexión,
Elisa