Rompe el Ciclo de los Gritos con la reorientación
Elisa Sainz • 24 de junio de 2025

En muchos hogares, los días comienzan y terminan con gritos, peleas por las rutinas y rabietas que parecen interminables. Como madres y padres, esto nos agota y nos hace dudar de nuestras capacidades. Pero ¿y si te dijera que hay otra manera?


Una forma más suave, pero firme. Más humana, pero también más efectiva.


La crianza respetuosa no es permisiva. No se trata de dejar hacer lo que sea. Se trata de liderar con intención, desde la conexión, y de ver al niño como un ser completo, no como alguien que necesita ser "domado". En este blog, exploramos cómo salir del ciclo de gritos y castigos y redirigir nuestro hogar hacia un ambiente más respetuoso, sin perder el liderazgo.


1. Entender la raíz del caos: no es solo desobediencia

Las rabietas y los gritos no son solo mal comportamiento. Son expresiones emocionales. Muchas veces, son el resultado de un sistema que solo sabe imponer, no guiar. El primer paso es observar qué hay debajo: cansancio, frustración, necesidad de conexión.


 2. Qué es y qué no es la crianza respetuosa

Crianza respetuosa no significa permitir todo. Significa poner límites con firmeza, pero sin dañar. Es enseñar a través del ejemplo, no del miedo. Es decir “sí” cuando es posible y “no” cuando es necesario, con empatía, no con castigo.


 3. Liderar con intención: la diferencia entre reaccionar y responder

En lugar de reaccionar impulsivamente, aprendemos a pausar, respirar y responder desde la conciencia. Eso es intencionalidad. Es preguntarnos: ¿qué quiero enseñarle con esta situación? ¿Qué mensaje quiero que se lleve mi hijo?


4. Reorientar: cómo hacerlo en casa sin perder el control

Los tres puntos que te compartí anteriormente son importantes y te ayudaran a poder aplicar un recurso maravilloso que puede romper el ciclo de los gritos. Esa estrategia maravillosa es la reorientación. 


¿Qué es la reorientación en la crianza?

La reorientación es una estrategia basada en el respeto que ayuda a los padres a guiar el comportamiento de sus hijos sin recurrir a gritos, castigos ni amenazas. En lugar de enfocarse en lo que el niño no debe hacer, la reorientación se enfoca en mostrarle qué sí puede hacer y cómo hacerlo de manera adecuada. Es como tomar su energía mal canalizada y dirigirla hacia una mejor opción.


Por ejemplo, si un niño está empujando a otro para llamar su atención, en lugar de regañarlo, la reorientación sería acercarte y decirle con calma:


"Veo que quieres jugar con tu amigo. Puedes decirle: ‘¿Jugamos juntos?’ en vez de empujarlo. Yo te ayudo."


Otro ejemplo: Imagina que tu hija está pintando con marcadores en la pared. En lugar de gritarle:


"¡¿Qué haces?! ¡Te he dicho mil veces que eso no se hace!"


puedes aplicar la reorientación de esta forma:


👉🏼 “Veo que tienes muchas ganas de dibujar. Dibujar es algo hermoso, pero las paredes no son para eso. Aquí tienes una hoja grande para que puedas pintar. ¿Te gustaría que la colguemos cuando termines?”


Nota importante aquí: Le brindas papel para pintar, pero antes la niña debe limpiar la pintura en la pared, lo cual sería una consecuencia relacionada con el error que cometió. 


Este tipo de respuesta mantiene la firmeza (no se dibuja en la pared, vamos a limpiarlo juntas) pero también ofrece una alternativa (una hoja) y valida la intención del niño (crear, expresarse). De esa forma, no solo se evita el grito o el castigo, sino que se le enseña una mejor manera de satisfacer su necesidad.


Este tipo de intervención no solo corrige el comportamiento, sino que también enseña habilidades sociales, emocionales y de comunicación. Es una forma de criar con intención, con firmeza y amabilidad a la vez, reconociendo que detrás de cada conducta hay una necesidad no expresada.


La reorientación es poderosa porque no apaga al niño, sino que lo acompaña a desarrollarse desde un lugar de conexión, seguridad y guía real. Cuando la aplicamos de manera constante, podemos ver cambios significativos en la dinámica familiar. Gritamos menos, conectamos más y educamos con propósito.


Los niños criados con respeto aprenden a respetar. No por miedo, sino por convicción. En un ambiente donde se sienten escuchados y seguros, la cooperación surge de forma más natural. Y la crianza, aunque sigue siendo un reto, se vuelve una experiencia mucho más satisfactoria.


Reorientar nuestra manera de criar es un acto de valentía. No se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo más consciente, más humano. El cambio no es inmediato, pero vale la pena. Porque cuando cambiamos la manera de mirar a nuestros hijos, todo comienza a transformarse.


Si este enfoque resuena contigo y sientes que necesitas más herramientas para acompañar a tus hijos desde el respeto y el liderazgo, te invito a unirte a nuestra comunidad de Parents and Leaders. Es un espacio seguro donde madres y padres compartimos, aprendemos y crecemos juntos.


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Saludos 

Elisa Sainz Triana

Creadora del programa “Parents and Leaders”