La crianza positiva no es agachar la cabeza
Elisa Sainz • 20 de mayo de 2025
  • Ahora pretenden que nosotros los padres agachemos la cabeza ante nuestros hijos. Los hijos nos tienen que respetar, ese es el de deber de ellos –


Este fue el comentario de una madre en un post que publiqué hace un tiempo en Facebook. En ese post yo hablaba sobre la importancia de una crianza positiva, sobre los beneficios reales que trae este enfoque a largo plazo. Seré honesta, de verdad que entiendo y por supuesto, no critico a esta mamá. Al contrario, agradezco que lo haya dicho, porque sé que como ella hay muchas otras personas que piensan lo mismo y por esa razón escribo este sobre este tema.


Muchos padres piensan que educar de manera consciente, educar con respeto, con empatía, con liderazgo y con el ejemplo… es rendirse, es agachar la cabeza. Muchos piensan que tratar de ser uno el primero en hacer todo lo que quiere ver en sus hijos, es ponerse por debajo. Que conectar antes de corregir es una forma de ceder autoridad. Pero no es así.


La crianza positiva no es agachar la cabeza. La crianza consciente no es dejarlos hacer lo que quieran. La crianza respetuosa no es perder el control, es elegir una forma más inteligente y humana de ejercerlo.


Ser padres conscientes no significa ceder el liderazgo, significa asumirlo con responsabilidad y sabiduría. Significa conectar antes de corregir. Significa entender que el respeto no se impone, se gana.


Y aquí quiero detenerme.


¿Cuántas veces le has llamado la atención a tu hijo por lo mismo?


¿Cuántas veces has dicho: “No dejes la ropa tirada” y al otro día la ropa vuelve a estar en el suelo?


Entonces, ¿de qué sirve gritar, castigar, repetir lo mismo una y otra vez?


Lo que nos enseñaron fue que los hijos deben obedecer.


Pero obedecer, en el sentido tradicional, implica muchas veces anular la voluntad, no cuestionar, acatar sin comprender. Y eso, para un niño sano, curioso, inteligente, con un mundo interior en pleno desarrollo… es casi imposible. Por eso, cuando educamos desde esa creencia rígida de que “deben obedecer porque sí”, comienzan las luchas de poder. El niño resiste, porque necesita afirmarse, entender, ser escuchado. Y el adulto, en lugar de ver esa resistencia como parte natural del crecimiento, la interpreta como desafío.


Entonces entramos en un círculo vicioso: tú mandas, él se resiste, tú subes el tono, él se aleja o explota. Pero esto no es un problema de obediencia, es un problema de conexión. Queremos que obedezcan, cuando en realidad lo que necesitamos es que comprendan. Que colaboren. Que confíen. Y eso no se logra desde el miedo, se logra desde el vínculo.


Pero hoy quiero invitarte a que cambies la perspectiva.


En vez de buscar obediencia, busca 
inspiración.


Porque cuando inspiras, no hace falta perseguir. Cuando inspiras, tu hijo sabe qué hacer, porque siente que quiere hacerlo y lo quiere hacer porque está conectado contigo, porque hay una relación, porque se siente visto, respetado, acompañado.

Entonces, antes de corregir, conecta.


Antes de decirle lo que hizo mal, míralo con ojos de curiosidad.


Antes de repetirle lo que ya sabe, pregúntate:


¿Estoy queriendo controlarlo o estoy ayudándolo a crecer?


La crianza consciente no es debilidad. Es el acto más valiente de liderazgo. Es elegir enseñar desde el vínculo, no desde el miedo. Es ser el adulto que guía, no el que impone.


Y sí, cuesta.


Porque nadie nos enseñó esto.


Pero créeme: 
funciona.


Y transforma.


Si deseas aprender a como liderar, guiar y conectar más con tu hija/hija, te invito a que te unas a nuestra comunidad de WhatsApp, es gratis formar parte y los regalos que te llevarás tienen un precio incalculable. Por si te interesa, aquí te dejo el enlace. 


Un fuerte abrazo 

Elisa Sainz Triana

Coach en Liderazgo y cradora del programa “Parents and Leaders”