Las 8 cosas de cada día que fortalecen los lazos afectivos con tus hijos
Elisa Sainz • 6 de mayo de 2025

Muy frecuentemente escucho a madres decir con emoción: “Mis hijos son mi vida.” Y, sin embargo, en otra conversación, quizás un día después, esa misma madre me cuenta lo difícil que está siendo la relación con su hijo o hija: “¡Te juro que a veces me dan deseos de…!” y ahí se detienen, porque recuerdan que están hablando de esa personita que, según sus propias palabras, es su vida.

Los hijos no deberían ser nuestra vida entera. Son, sin duda, una parte profundamente valiosa, pero cargar sobre ellos la responsabilidad de ser nuestra vida no es justo para ellos ni para nosotras. Si ya es difícil cargar con una vida, ¡imagínate con dos! (Esto ya, claro, a modo de chiste… pero con su verdad).


Las relaciones humanas son complejas. Todas. La relación con la pareja, con los amigos, con los padres... y sí, incluso con nuestros propios hijos, por mucho que los amemos intensamente. Y es que el amor no elimina los desafíos. Por eso quiero invitarte a que imagines tus relaciones con el mismo nivel de compromiso y preparación que le dedicas a tu profesión o trabajo. Porque si trabajas, te levantas cada día, te preparas y das lo mejor durante horas. Las relaciones también son eso: un trabajo cotidiano que requiere intención, esfuerzo y constancia.


Hace ya algún tiempo viví un desborde emocional. En ese momento fue muy duro, pero hoy lo agradezco profundamente. Porque fue justo ahí donde tomé conciencia de cómo estaba ejerciendo mi labor como madre… y, aún más importante, del efecto que esa manera de maternar estaba teniendo en mi hija, en aquel entonces solo tenía a mi niña. Comprendí que debía hacer las cosas de forma diferente. Que esa relación, esa conexión, necesitaba ser cuidada y fortalecida, porque era y es el puente a través del cual mi hija aprenderá a mirar y comprender el mundo.


En mi libro Líderes en la Crianza hablo de estos lazos como cordeles invisibles que nos unen. Cordeles que pueden fortalecerse o debilitarse, dependiendo de cómo nos relacionamos. A mí me ha llevado años entenderlo. Y todavía sigo aprendiendo. Pero hay una frase que me repito a diario: "Esta relación con mis hijos es un trabajo de todos los días."


Hoy quiero compartir contigo 8 hábitos diarios que han fortalecido los lazos con mis hijos. No son fórmulas mágicas, pero sí han sido anclas en medio del caos y del amor que implica criar. Son pequeños actos cotidianos que transforman mucho.


1. Doy sin esperar nada a cambio

No le asigno a mis hijos la responsabilidad de hacerme sentir bien. Yo soy la responsable de cuidar de mí y suplir mis necesidades emocionales. Esto me libera de poner sobre ellos expectativas que no les corresponden, y me permite amar desde la libertad.


2. Pido ayuda

No tener expectativas no significa no necesitar a los demás. Pedir ayuda es un acto de humildad y conexión. Me fortalece y también les enseña a ellos que no estamos solos, que es válido y valioso apoyarse en los demás.


3. Amo incondicionalmente

Mis hijos saben que, aunque se equivoquen, siempre serán amados. Amar incondicionalmente no significa justificar todo, pero sí significa acompañar con respeto en los errores, enseñar desde el amor y no desde el juicio. Este punto para mi es muy importante y les daré un ejemplo: 


Muchos padres, intentando educar, caen sin darse cuenta en un condicionamiento muy dañino: “Si te portas bien, te quiero; si no, me enojo contigo y no te querré más.” Este tipo de mensajes, aunque no se digan con esas palabras exactas, se transmite con actitudes, miradas y silencios. El niño aprende que el amor se gana con buen comportamiento… y que se puede perder si comete un error. Eso es fatal, ningún hijo debería sentir que deja de merecer amor cuando no se comparta de la manera que se espera. Por eso, en casa dejamos claro que los errores se corrigen, pero el amor nunca está en juego.


4. Respeto las emociones

Esta ha sido una de las más difíciles para mí, lo confieso. Antes me enojaba y luego me sentía culpable por enojarme. Ahora me permito sentir. Abrazo la emoción, aunque sea enojo, sin juzgarla. Y desde ahí, también enseño a mis hijos a hacer lo mismo: reconocer, nombrar y transitar sus emociones con respeto. ¿Has escuchado el dicho “Lo que se resiste persiste”? Eso pasa también con las emociones. Yo no quiero sentir frustración con mis hijos y me siento mal cuando la siente, darlo por hecho, esa frustración seguirá apareciendo una y otra vez, cada vez más intensa. 


5. Me expreso y dejo que se expresen

El derecho a decir cómo nos sentimos y a ser escuchados es fundamental para una sana autoestima. En casa, todos tenemos permiso para expresar lo que sentimos, sin miedo, sin burlas, sin invalidaciones.


6. Siempre me acerco, nunca me alejo

Pase lo que pase, estoy aquí. A veces, sin darnos cuenta, cuando algo nos molesta nos alejamos: dejamos de hablar, castigamos con indiferencia. Pero el mensaje que intento dar cada día es otro: "Incluso cuando algo no está bien, sigo aquí contigo."


7. No supongo, pregunto

A veces creemos saber lo que el otro siente o necesita, pero no preguntamos. Yo he aprendido a hacerlo: “¿Estás bien?” “¿Quieres hablar?” “¿Qué necesitas de mí ahora?” Las respuestas pueden sorprendernos.


8. Sigo aprendiendo

Entendí que no nací sabiendo ser mamá. Y se lo digo a mis hijos: “Mamá también está aprendiendo.” Eso nos humaniza y abre el camino al diálogo, a la empatía, a crecer juntos. Ellos también me han enseñado mucho: a tener paciencia, a reír más, a vivir el presente. El día que vi la crianza como un proceso en el cual todos estamos aprendiendo, las relaciones con mis hijos y hasta con mi pareja, fueron más armoniosas. 



Estos 8 hábitos han hecho de nuestra relación un lugar más seguro, más real, más amoroso. No es perfecto, claro que no. Pero es nuestro, y lo estamos construyendo día a día. Porque en la crianza, como en la vida, no se trata de hacerlo todo bien, sino de hacerlo con amor y conciencia.


Este Día de las Madres, regálate algo diferente: regálate crecimiento, claridad y bienestar. El próximo 11 de mayo, celébrate invirtiendo en ti y en tu rol más valioso con el curso "Soy Líder en mi Hogar". Un espacio creado para ayudarte a disfrutar más de la crianza, fortalecer el vínculo con tus hijos y liderar con amor, conciencia y propósito. Porque cuando tú creces, toda tu familia crece contigo.


Aquí te comparto el enlace: "Soy Líder en mi Hogar" estará a mitad de precio hasta el domingo 11 de mayo a las 12:00 AM.


Un fuerte abrazo 


Elisa Sainz-Triana