
La adolescencia suele tener una reputación negativa. Hemos escuchado tantas historias desfavorables sobre esta etapa que, en mi opinión, nos predisponemos para vivirla de manera negativa, aunque en realidad es tan hermosa y desafiante como cualquier otra etapa de la vida
.
Es un periodo del desarrollo humano que se sitúa entre la infancia y la edad adulta, generalmente abarcando desde los 11 hasta los 19 años. Además de los cambios biológicos dramáticos, la adolescencia también implica cambios cognitivos y emocionales. Durante esta etapa, los jóvenes transforman la manera en la que piensan, razonan y toman decisiones, buscando independencia y explorando su identidad y valores.
Uno de los procesos más complejos es la búsqueda de identidad, que puede llevar a la experimentación y confusión, pero eventualmente contribuye al desarrollo de una identidad coherente, siempre que haya el apoyo adecuado.
En mi experiencia trabajando con padres, he escuchado a menudo situaciones como: "Mi hijo ha cambiado tanto que ya ni lo reconozco", "Mi hija se cree una mujer y no me obedece", o "No me gusta para nada la amiga de mi hija". Estas situaciones pueden desencadenar conflictos familiares y dañar la relación con los adolescentes. Es crucial que como padres entendamos la importancia de acompañar sin juzgar.
Uno de los cambios que a menudo resulta incómodo para los padres es que los adolescentes prefieren a sus amigos antes que a ellos. Es fundamental comprender que buscan un sentido de pertenencia, algo que a veces encuentran más fácilmente entre amigos que en casa, donde a menudo enfrentan críticas y regaños.
La autonomía y sentirse valiosos también son aspectos cruciales para los adolescentes. Aunque estén explorando su independencia, establecer límites claros y expectativas respecto al comportamiento es esencial. Asegurarse de que ambas partes estén en la misma página en cuanto a las reglas del hogar puede ayudar a evitar conflictos.
En cuanto a las amistades, puede que no te guste la compañía de tu hija, pero prohibir no es la mejor solución. En su lugar, sugiero tratar de conocer a la amiga en cuestión. Invítala a pasar tiempo en tu hogar, observa su comportamiento y entiende más sobre ella para determinar si hay razones específicas para tu desagrado.
Por ejemplo, la mamá que se acercó a mí con esta preocupación llegó a la determinación que no le gustaba la amiga de su hija por las imágenes que vio de ella en su cuenta de Instagram. Crear una opinión por una cuenta de Instagram puede ser un poco superficial, por eso es importante tratar de pasar tiempo juntos y conocer a los amigos de nuestros hijos.
Aquí te dejo algunas sugerencias:
Fomentar actividades sociales positivas: Anima a tu hija a participar en actividades extracurriculares, clubes o deportes donde pueda conocer a otras personas con intereses similares. Esto podría ampliar su círculo social y darle la oportunidad de hacer amigas que compartan sus valores.
Conoce a sus amigas: Trata de conocer a la amiga actual de tu hija. Invita a ambas a pasar tiempo en tu hogar para que puedas observar su interacción y entender mejor la dinámica de su amistad. Esto también te permitirá evaluar si hay motivos específicos de preocupación.
Habla sobre las amistades saludables: Conversa con tu hija sobre lo que significa tener una amistad saludable. Explícale la importancia de las relaciones basadas en el respeto mutuo, la confianza y el apoyo.
Enseña habilidades sociales: Si notas que tu hija tiene dificultades para hacer amigas, podrías ayudarle a desarrollar habilidades sociales. Esto incluye aprender a iniciar y mantener conversaciones, escuchar activamente y trabajar en la empatía.
Contacto con la escuela: Si las preocupaciones persisten, podrías ponerte en contacto con el personal escolar, como consejeros o maestros, para obtener más información sobre las interacciones sociales de tu hija en la escuela. Ellos podrían proporcionar orientación y apoyo.
Recuerda que es normal que los adolescentes atraviesen etapas en las que las amistades pueden cambiar. Tu apoyo y orientación son esenciales para ayudarla a desarrollar relaciones positivas y saludables.